Actividad Bloque 1

 

Actividad Bloque 1

Como bien sabemos, un buen hablante es aquel que considera a su receptor o a sus interlocutores y acierta con el discurso eficiente en un marco físico adecuado a la situación comunicativa concreta. Si concretamos esta afirmación, lo que podemos deducir es que un buen hablante es el cual tiene en cuenta al receptor y adapta su mensaje tanto a él, como a la situación.

El aula debe convertirse en un contexto estimulante y motivador, donde el respeto sea absoluto. Todos los niños se tienen que sentir libres para equivocarse, porque entendemos el error como una oportunidad de aprendizaje y mejora. El niño debe sentirse cómodo en todo lugar y tenemos que crear situaciones comunicativas en las que entrenemos las diversas competencias orales. Por ello vamos a plantear una actividad oral en gran grupo en la que escogeremos un tema de conversación como punto de partida y en la que nos centraremos específicamente en dos niños: uno que no participa en los diálogos orales, y otro que no respeta, no escucha y habla continuamente para imponer su punto de vista.

Dinámica de Trabajo

Para fomentar la expresión oral dentro de esta actividad, los alumnos se dispondrán en el aula en forma de asamblea (círculo) y sentados en el suelo ya que esto fomenta la creación de un espacio libre y seguro para los niños. Además quiero romper con cualquier forma de jerarquía y que todos estén al mismo nivel y cumplan el mismo rol, con el fin de que todas las aportaciones que hagan sean valoradas.

Por otra parte, situar a los alumnos en círculo hace que se vean los unos a los otros, algo que fomenta una mejor expresión oral y hace que el ambiente sea mucho más relajado al salirnos de la rutina de aula en la que los niños están dispuestos de otra manera.

Para concluir con este apartado, el profesor no intervendrá en los diálogos de manera activa, es decir, el profesor cumplirá el rol de mediador pero no juzgará ninguna de las reflexiones y opiniones que haga cualquiera de los alumnos. Su única función será la de lanzar temas o preguntas para que los niños reflexionen y hagan sus aportaciones y favorecer así la intervención y el enriquecimiento entre unos y otros.

Edad y tema a comentar

Para realizar esta actividad contaremos con un grupo mixto de 20 alumnos y alumnas con una edad comprendida entre los 10-11 años. Dentro del grupo encontramos a alumnos con un contexto social y económico muy parecido, aunque también encontramos alumnos que presentan algunas dificultades debido a problemas como discapacidades mentales o motrices, pero pese a todo, podemos decir que el grupo es bastante homogéneo. He elegido esta franja de edad, ya que son alumnos de la última etapa de educación primaria y poco a poco van buscando el sentirse autónomos y el cuestionar las normas, por tanto creo que la edad es idónea para tratar este tema.

El diálogo que vamos a tratar, dado que suponemos que estamos al principio del curso, es sobre las normas de convivencia. Es un diálogo que parte de los conocimientos previos y racionales de los alumnos y en el cual el moderador (profesor) no necesita buscar información para ayudar a los niños. Las preguntas serán totalmente abiertas, y se valorará la respuesta del alumno pero sobre todo la reflexión que se haga de ella. Además creo conveniente zanjar en todo momento las preguntas y no pasar a las siguientes hasta que estas no hayan sido reflexionadas y comentadas al máximo para no dejar cuestiones en el tintero. 

Ante un tema así, el maestro debe estar abierto a cualquier tipo de sugerencia que se haga, es cierto que las normas de convivencia las pondrá él y que podrá contar o no con las aportaciones que los alumnos hagan, pero lo que si tienen que sentir estos es que sus opiniones son válidas y que no hay ninguna opinión mala. Por otra parte creo que el profesor no debe tener ninguna pregunta de andamiaje preparada, partimos de su capacidad para la improvisación y adaptación  a estas situaciones y además el tema del diálogo no es difícil ni necesita una preparación para el maestro. Por último en relación a este aspecto me gustaría comentar que el profesor lanzará el tema y que cada aportación que se dé, tendrá que ser reflexionada y terminada con el fin de promover el diálogo y que no sea un monologo de la opinión de cada niño. Las normas de respeto del turno de palabra y del respeto en general entre los alumnos serán recordadas antes de comenzar la actividad.

Trabajo específico 

Como he comentado anteriormente, todas las opiniones serán respetadas y valoradas, y para ello deben intervenir todos los alumnos que se encuentren en el aula sin superponerse entre ellos e intentando inhibir el egocentrismo comunicativo. Es importante quedarse con esta idea ya que ahora vamos a trabajar sobre dos perfiles de alumnos completamente opuestos, un alumno que no interviene dentro del aula, y otro que interrumpe constantemente y no respeta ni las opiniones de sus compañeros ni las normas de comunicación que se han recordado anteriormente.

Como hemos comentado, en primer lugar tenemos a un alumno que no participa y que por tanto no está desarrollando su capacidad comunicativa y lo que es peor, que no se tiene en cuenta y es pasado por alto al vivir en un constante silencio la actividad. Creo que tampoco debemos forzar a este alumno, pero si que debemos fomentar su comunicación, aprendiendo a gestionar sus momentos comunicativos  que son completamente fundamentales para su desarrollo comunicativo y la mejora de su competencia oral, social y lingüística. Sería importante saber por qué el alumno no interviene, ya que este problema puede tener su causa en un problema cognitivo, en una mala experiencia del pasado o simplemente sea por vergüenza, pero si que sería importante encontrar la causa para tener un punto de partida sobre el que comenzar a trabajar. Es importante que el profesor no le haga preguntas directas cómo, ¿Tú que opinas? o ¿Por qué crees esto? Para que el alumno no se sienta atacado directamente por el maestro y sienta un apoyo de este y del resto de los compañeros. La estrategia que desarrollaría con este alumno sería realizar un sistema de recompensas pero en privado, algo de lo que solo forma parte el propio alumno y el tutor dentro del aula. Este sistema estaría basado en recompensas tales como un comentario positivo en la agenda para que lo pueda leer su familia o halagos en privado para que el alumno se sienta mejor y sepa que está haciendo las cosas de la manera correcta.

En cuanto al alumno más disruptivo, lo primero, al igual que en el otro caso, debemos saber por qué se produce esta situación con el fin de llevar a acabo un plan u otro. Siempre que no tenga un trastorno diagnosticado, y este comportamiento sea debido a querer llamar la atención o por diversos problemas emocionales. Creo que sería importante recordarle el valor de la escucha en el proceso de comunicación de la cual puede aprender mucho más que hablando. Procedería a utilizar la misma estrategia que con el caso anterior, si su actitud es buena y las interrupciones son mínimas, podríamos recompensarle con un refuerzo positivo por ejemplo en forma de nota en la agenda para que lo lea su familia o hablar con él en privado y decírselo, para reforzar así la importancia de la escucha dentro del proceso comunicativo.

Evaluación

Para evaluar esta actividad creo que sería muy beneficioso contar con dos rúbricas, una individual y otra grupal, con el fin de obtener la máxima información de los alumnos y poder evaluar la comunicación oral de cada uno de los alumnos que damos por hecho que será muy diversa, y para poder evaluar la comunicación oral conjunta del grupo-clase. Además gracias a esta rúbrica grupal que aporta aspectos más generales, el profesor observará que debe reforzar a nivel global en el aula. A continuación inserto las rúbricas que voy a utilizar.

Rúbrica individual:

 

Progresa adecuadamente

Puede mejorar

Escucha activamente a sus compañeros.

 

 

Opina sobre las cuestiones planteadas.

 

 

Expone sus ideas de manera adecuada.

 

 

Argumenta sus ideas de manera adecuada.

 

 

Respeta las opiniones de sus compañeros.

 

 

Respeta el turno de palabra.

 

 

Pide permiso para hablar.

 

 

Cumple las normas básicas de la comunicación.

 

 

Pronuncia las palabras correctamente.

 

 

Participa de manera activa.

 

 

 

 

OBSERVACIONES.

 

 

 

 

 

 



Rúbrica grupal:

 

Progresan adecuadamente

Pueden mejorar

Participación por parte del grupo-clase.

 

 

Respeto entre el grupo-clase.

 

 

Calidad de respuestas.

 

 

Calidad de reflexiones.

 

 

Calidad del vocabulario.

 

 

Calidad de las preguntas que surgen.

 

 

Divagación de los temas

 

 

Entretenimiento del tema

 

 

Respuestas alejadas del egocentrismo comunicativo

 

 

 

 

OBSERVACIONES.

 

 

 

 

 

 



Conclusión y reflexión

Me ha parecido una propuesta muy acertada y que te hace reflexionar sobre como actuar en determinadas ocasiones. Creo que es una actividad que me aporta mucho en mi formación de maestro y que ha supuesto un reto a la hora de tener que cuestionarme aspectos como la metodología o incluso los recursos que voy a utilizar. Además de en la propia actividad, creo que nos prepara para situaciones que vamos a vivir diariamente dentro del aula y no solo en la asignatura de lengua castellana.

Es bonito y enriquecedor ver como alumnos diferentes y grupos heterogéneos forman un todo en una actividad en la que todos pueden sentirse importantes y valorados sin importar su opinión sino como lo argumentan. En lo personal, evaluar tanto grupal como individualmente conlleva un mayor grado de trabajo, pero a su vez, nos aporta una mejor visión tanto de cada alumno como de la clase en general, cosa que podemos utilizar para mejorar nosotros mismos en un futuro y no solo los alumnos. Por ello me gustaría recibir también una pequeña evaluación de los alumnos de manera oral, para saber si la actividad les ha gustado o si cambiarían algo de lo que hemos realizado.

Bibliografía









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